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Overview
Product Details
ISBN-13: | 9780060834845 |
---|---|
Publisher: | HarperCollins Publishers |
Publication date: | 12/27/2005 |
Edition description: | Spanish-language Edition |
Pages: | 208 |
Sales rank: | 1,257,252 |
Product dimensions: | 5.31(w) x 8.00(h) x 0.47(d) |
About the Author
Laura Restrepo fue profesora de literatura en la Universidad de Colombia, editora política en la revista Semana y miembro de la Comisión Nacional para la Paz. Ha escrito destacadas novelas tales como Leopardo al sol; Dulce Compañía, que obtuvo el premio Sor Juana Inés de la Cruz en México y el premio France Culture en Francia; y Delirio, que obtuvo el premio Alfaguara. Actualmente vive en Bogotá, Colombia.
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Dulce Compania
NovelaBy Laura Restrepo
HarperCollins Publishers, Inc.
Copyright © 2006 Laura RestrepoAll right reserved.
ISBN: 0060834846
Capitulo Uno
No hubo presagios que anunciaran tos hechos. O tal vez los hubo, pero no supe interpretarlos. Reconstruyendo la secuencia recuerdo ahora que dias antes de que todo empezara, tres hombres violaron a una loca en la zona verde enfrente a mi edificio. Tambien fue por ese tiempo que el perro de mi vecina se lanzo por una ventana del tercer piso, cayo a la calle y salio ileso, y que la lotera leprosa de la esquina de la 92 con 15 pario un hijo sano y bonito. Seguramente esas fueron senales, esas y tantas otras, pero sucede que esta ciudad desquiciada manda tantos preavisos de fin del mundo que uno ya no les presta atencion. Y eso que aqui, donde vivo, viene siendo barrio clase media: nadie se imagina la de presagios que se dejan ver a diario por los tugurios.
La verdad escueta es que esta historia de ecos sobrenaturales, que de tan curiosa manera habria de trastornar mi vida, empezo a desenvolverse a las ocho de la manana de un lunes muy terrenal y corriente, cuando entre de pesimo humor a la sala de redaccion de la revista Somos, donde trabajaba como reportera. Tenia la certeza de que mi jefe me daria una orden que no queria oir, contra la cual me habia indispuesto durante todo el fin de semana. Sabiaque me mandarian a cubrir el reinado nacional de belleza, que estaba por empezar en la ciudad de Cartagena. Yo era mas joven que ahora, me sobraban brios y me empenaba en escribir cosas que valieran la pena, pero el destino, que me daba por la cabeza, me obligaba a ganarme la vida en uno de tantos semanarios de frivolidades.
De todas mis obligaciones en Somos, el reinado era por mucho la peor. Era una tarea desapacible entrevistar treinta muchachas con talles de avispay cerebros del mismo animal. Reconozco que tambien me lastimaban el orgullo su mucha juventud y sus pocos kilos, pero lo mas doloroso era tener que concederle importancia a la sonrisa Pepsodent de miss Boyaca, a la solteria cuestionada de miss Tolima, a la preocupacion por los ninos pobres de miss Arauca. Para colmo las reinas se esforzaban por fomentar una imagen simpatica y descomplicada, a todo el mundo trataban de tu, repartian besos, derrochaban contoneos y jovialidad. Se familiarizaban con los reporteros y a los que veniamos de Somos nos decian "Somitos": Somitos, mientras me entrevistas sostenme el espejo y yo me voy maquillando, escribe, Somitos, que mi personaje predilecto es la madre Teresa de Calcuta, y yo ahi parada, ante sus uno con ochenta de esplendida figura, anotando en una libreta la ristra de boberas.
No. Este ano no iria al reinado asi tuviera que dejar mi puesto. Preferia comerme un tarro de lombrices a soportar que me llamaran "Somitos", o a hacerle el favor a miss Cundinamarca de recogerle los aretes que dejo olvidados en el comedor. Entre, pues, a la redaccion murmurando maldiciones, porque sabia demasiado bien que seria imposible conseguir otro trabajo estable, asi que de ninguna manera podria renunciar.
Al fondo, de espaldas, vi un muy conocido saco de pana color verde botella, y pense, ahora este saco se voltea, y adentro aparece el jefe con su pescuezo de pavo y sin saludarme me cacarea que empaque para Cartagena, y aqui va otra vez Somitos, a comerse sus lombrices con sal y pimienta. El saco se volteo, el pavo me miro, pero contra mis pronosticos se digno darme los buenos dias y no menciono nada de Cartagena. Me ordeno en cambio otra cosa, que tampoco me gusto:
-- Salga para el barrio Galilea, que alla se aparecio un angel.
-- Que angel?
-- El que sea. Necesito un articulo sobre angeles.
Colombia es el pais del mundo donde mas milagros se dan por metro cuadrado. Bajan del cielo todas las virgenes, derraman lagrimas los Cristos, hay medicos invisibles que operan de apendicitis a sus devotos y videntes que predicen tos numeros ganadores de la loteria. Es lo comun: mantenemos una linea directa con el mas alla, y la nacionalidad no sobrevive sin altas dosis diarias de supersticion. Gozamos desde siempre del monopolio internacional del suceso irracional y paranormal, y sin embargo, si era justamente ahora -y no un mes antes ni un mes despues -- que el jefe de redaccion queria un articulo sobre aparicion de angel, era solo porque el tema acababa de pasar de moda en Estados Unidos.
Unos meses atras, el fin de milenio y tos vientos New Age habian desatado entre os norteamericanos un verdadero frenesi angelical. Cientos de personas atestiguaron haber tenido contacto en algun momento con algun angel. Hubo incluso cientificos de prestigio que dieron fe de su presencia, y hasta first lady, arrastrada por el entusiasmo general, llevo en las solapas un broche en forma de alas de querubin. Como siempre, los gringos se azotaron con el tema hasta quedar saturados. La first lady se deshizo de as alas y volvio a joyas mas clasicas, los cientificos aterrizaron, las camisetas estampadas con angeles regordetes de Rafael se remataron a mitad de precio. Queria decir que nos habia llegado el momento a nosotros, los colombianos. Algo nos pasa, que no recibimos sino lo que nos llega retardado via Miami. Es sorprendente: los periodistas nos la pasamos recalentando temas ya quemados alla.
A pesar de todo no proteste.
-- Por que al barrio Galilea? -- quise saber.
-- Una tia de mi senora tiene una mujer de alla que va por dias a lavarle la ropa. Esa mujer le conto de! angel. Asi que salga ya y consiga la historia como sea, aunque se la tenga que inventar. Y saque fotos, muchas fotos. La semana entrante mandamos el tema en caratula nosotros tambien.
-- Me puede dar algun nombre, o direccion? Alguna referencia menos vaga?
-- Ninguna. Arregleselas, yo que se; cuando vea uno con alas, ese es el angel.
Galilea. Debia ser una de las incontables barriadas del sur de la ciudad, atestada de vecinos, miserable, devastada por las bandas juveniles. . . .
Continues...
Excerpted from Dulce Compania by Laura Restrepo Copyright © 2006 by Laura Restrepo. Excerpted by permission.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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